Del árbo caído, todos hacen leña. No se dan cuenta, que al final, les fue útil.
Perro que ladra, no muerde. Pero fastidia.
Quien mucho abarca, poco aprieta. Puedes tener muchas novias, pero un solo amor.
Por la boca muere el pez. Pero dando coletazos.
Ojos que no ven, corazón que no siente. Corazón que siente, amor necesita ver.
Cuatro ojos, ven más que dos. Los de mi rostro y los de mi alma.
A caballo regalado, no se le miran los dientes. Total, sirve para otro regalo.
Al que madruga, Dios lo ayuda. Por eso. . . me levanto temprano pero no trabajo.
Más vale maña que fuerza. Más vale fuerza que pereza.
En boca cerrada, no entran moscas. Es peor lo que saldría si la abres.
Contigo, pan y cebolla. De postre, me tienes a mí.
El que las hace, las paga. Aunque sea en cómodas cuotas.
No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy. Al menos, intenta un comienzo.
Ser el último orejón del tarro. Piensa que lo mejor es para el final.
Muerto el perro, se acabó la rabia. Solamente quedan malos recuerdos rumbo al olvido.
En el país de los ciegos, el tuerto es rey. Y los vizcos sus consejeros.
Al mal tiempo buena cara. En tu bello rostro, no distingo diferencias.
Genio y figura, hasta la sepultura. Las opiniones aparecerán en tu lápida.
Más vale poco que nada. Más vale nada que indiferencia.