viernes, 22 de octubre de 2010

PARA LOS AMANTES DEL TANGO



Un homenaje a Troilo, figura emblemática del tango rioplatense.





ANIBAL TROILO





Aleteaba el bandoneón a merced de tus manos,


disfrutó de las caricias que le diste con amor.


Tu cabeza, reclinada, quería oír los sonidos


incluso aquellos recónditos que nadie percibió.


Mientras tanto, tu papada bailaba con las semifusas


en una danza etérea que no quería llegar a su fin.


La última curda, Garúa, Milonguero triste, María,


tangos que sobre el pentagrama les diste vida.


Siempre apoyado al fuelle que tu pobre madre


logró comprarte con los pocos pesos que tenía.


¡Si hasta tu nombre: Aníbal Troilo,


suena con el compás de un tango compadrón!


Y no quieran buscar imitadores de su estilo;


pues aunque revisen desde el centro hasta el bajo


jamás, jamás lo podrán encontrar.


Porque no existe, no habrá otro,


Aníbal querido,


te sigue extrañando


el bandoneón.



G.L. (2010)