jueves, 8 de marzo de 2012

Esta vez, escapo de la línea romántica para hablar de ciertos personajes desagradables...

LAS MALDITAS CUCARACHAS



Su nombre me provocan repulsión


como si pronunciara aquellas mágicas palabras


que evocaban a los demonios usurpadores


de las recetas de hechiceros medievales.


A veces recorren los rincones profusos de la casa


que desconozco por mi incapacidad de alcanzarlos.


Son más dueñas que yo, conocen mis horarios,


y se jactan de un suculento banquete ante mi ausencia.


Soldados de una guerra declarada hace siglos


con intenciones de victoria por la eternidad.


Lucen orgullosas su cobriza armadura


que resiste a los golpes inútiles que intentan


derrocar su imperio repugnante y oscuro.


Si una muere, otras miles aparecen de la nada


como si un portal del tiempo se abriera


en uno de los huecos oscuros de mi morada.


¿Qué capricho tuvo el Creador de Todo


para colocarlas sobre la Tierra?


¿Acaso ya existían en el Cielo


perturbando la morada divina?


¿O fue el demonio desterrado quien,


antes de sucumbir en las profundidades,


las esparció por el Paraíso


como signo de su maldad extrema?


Inútiles son los esfuerzos de los sabios


pues, ante cada amenaza, se adaptan sin demora


para reírse de nuevo ante nuestras caras.


Tal vez deberíamos aceptar la derrota


y compartir el territorio de la contienda.


Que el día sea nuestro y permanezcan ocultas,


y la noche misteriosa sea completamente de ellas.



Gabriel López - 2012