El médico atraviesa tan rápido como puede el pasillo del hospital. La ambulancia acaba de legar. Una enfermera se inclina ante la camilla y su rostro se torna pálido. El médico, jadeante, asoma la cabeza y descubre a la mujer, blanca como una nube, con los ojos vendados y aferrada a una balanza con su mano derecha, en estado agonizante. De inmediato, la trasladan al quirófano. Quizás, algo se pueda hacer aún...
(Publicado en la página "El Escritor Errante" (www.concursoelescritorerrante.blogspot.com) en el 2010
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